Créeme, estoy mintiendo: Capítulo 5, por Ángeles Sánchez – Marzo 2012
MUERTA, VIVA, MUERTA, VIVA Y VA Y ME MATA.
Ella ha salido corriendo, y yo detrás de
ella. Tengo que detenerla, pero mi maldita pierna no para de sangrar. ¡La muy
zorra me ha disparado!¡Como si yo no hubiera calculado el ángulo de desviación
cuando disparé hacia su cabeza para no acertar! ¡Soy idiota! ¡Soy un capullo,
que se ha pasado la vida en la friendzone para que ahora ella coja y me
dispare! Javi tenía razón, no es más que una maldita calienta braguetas que se
pasaba la vida haciéndome carantoñas mientras se liaba con otros.
¡Como si no fuera suficiente tener que verla tontear con él! Aún recuerdo el maldito
día en que me enteré de su relación con Lucas...
Era una tarde de Julio, poco después de
selectividad y estábamos tomando unas birras en el antro de turno.
Manu parecía ido. Y entre unos y otros conseguimos sacarle la verdad, llevaba
horas pensando en ella. Resulta que habían estado quedando durante meses, y él
no quería nada serio, aunque al parecer ella sí. ¡¡¡Lo hubiera matado en ese
mismo momento!!! Visualicé de una forma muy real cómo podría arrancarle la
cabeza en unos sencillos pasos. El monstruo de mi interior gritaba. Gritaba muy
alto. Y mi cara debía de ser todo un poema pues recuerdo que Javi me dio un
pisotón muy poco merecido para calmarme. Él me conocía tan
bien... Pensábamos casi igual en muchas cosas, éramos como un dos en
uno. Quizá por eso a él también le gustaba Angy. Pero a él se lo perdonaba,
siempre y cuando no pasara nada entre ellos. El caso es que después de un
tiempo descubrimos que Angy jamás había querido nada serio con Manu, sólo
fueron diversos calentones post-alcohol. O eso le dijo ella a Manu. El pobre se
quedó destrozado. Y yo me sentí Victorioso. Fue entonces cuando Javi hizo su
sentencia:
-
Tío, y ¿No será que es un poco putón la chica?
-
Como si tu nunca hubieras tenido una chica comodín para tus calentones
ocasionales.
-
Ya, pero...no sé, Lucas me contó algo...no sé si debería decírtelo -
Su ceño fruncido me indicaba que ni yo sabía si quería saberlo.
-
Bueno dímelo, de todas formas, no creo que pueda ser peor...
-
Al parecer, Manu sólo era el comodín de repuesto.
-
¿Qué quieres decir?
-
Pueees...-dudó un momento- Al parecer, ella con quien sí estaba
teniendo...emmm, digamos relaciones más profundas era con...Lucas.
-
¿Lucas? ¿Lucas el catalán? - No sé porque no me sorprendía.
Ese día no pude dormir muy bien, la verdad
es que no tenía ninguna relación con Lucas, al vivir en un pueblo pequeño era
imposible no conocerlo, pero el caso es que jamás había tenido relación. Lo
único que conocía sobre él es que era un Casanova, que todas las tías estaban
locas con su cuerpo y que tenía a aquella que quisiera.
Creo que por eso me molestó tanto. Y desde
entonces, jamás pude mirarla con los mismos ojos. Nunca dejé de quererla, pero
ya no podía verla como antes. Nuestra relación se fue deteriorando. Ya no
teníamos clases juntos, ni pasábamos las tardes muertas viendo la
tele en mi casa. Éramos amigos, pero ya no éramos los mejores amigos. Cuando
nos veíamos yo sólo podía tontear un poco, pues ya no la veía como una amiga,
sino como una mujer. Una mujer que según sus propios principio sólo me hubiera
utilizado para usar y tirar. Así que no intenté nada más allá de lo que sabía
que ella quería. Pero ella jamás me demostró que quisiera nada. Recuerdo la
noche en que apunto estuve de lanzarme a su cuello. Y como
la cagué años más tarde diciéndole que yo ya sabía que
había perdido cualquier oportunidad con ella. Se cabreó mucho, no sé por qué. Y
justo después, desapareció con Manu. ¡¡Bien hecho amigo, algún día te mataré!!
Y por si fuera poco, Javi aprovecho mi distanciamiento para empezar una carrera
a contra reloj para acercarse a ella. He de decir que
sus métodos fueron un tanto más vulgares yo lo hubiera llamado
acoso. La llamaba borracha, le tiraba los trastos. Veía en ella un mero trofeo.
Y eso me molestaba. No es que yo hiciera las cosas mucho mejor, pero jamás le
ofrecí sexo descaradamente ni le agobié con mensajes subidos de tono. Igual ese
fue mi fallo ¿Quién sabe? Y después de todo eso vino lo peor...la maldita
tormenta de los cojones. No supe de ella hasta hace unos meses cuando la vi en
la calle, después de que los milicianos me encontraran escondido con otros en
una cueva y nos obligarán a formarnos como parte del ejercito de
Jara. El día que llegué al Gran Núcleo. Mientras nos mostraban todo
lo que había que saber. La vi, en una esquina. Me miró incluso con asco.
¡¡¡Quise morir de la rabia!!! Meses pensando que podía estar muerta y cuando me
la encuentro me mira como quien está observando un calcetín sudado. Horas
después, en mi primera ronda me la encuentro nada más y nada menos que en
pijama (el cual le quedaba muy sexy) fumando tranquilamente un cigarro en medio
de las calles del Gran Núcleo. ¡¡¡Maldita suicida!!! Y poco pude hacer
para que uno de los que hacían ronda conmigo no le diera un buen golpe en la
cabeza. ¿Estaba muerta? ¡Joder, quise matar al capullo ese! La dejaron tendida
en el suelo con todos los cigarros desperdigados, para que todo el mundo
pudiese ver lo que les pasaba a los que infringían las normas. Las
lágrimas rebosaban en mis ojos. Y simplemente me fui, la dejé ahí en el suelo
tendida reprimiendo el impulso de ir corriendo a abrazarla. A intentar
reanimarla. Se había ido y no había nada que pudiera hacer.
En ese momento juré que me vengaría, no
sabía ni cómo ni cuándo, pero lo haría. Pagarían por esto. Todos ellos, así
tuviera que gastar mi último aliento para conseguirlo.
Durante los mese siguientes pude
saber que Javi estaba también en el Gran Núcleo, al igual que Ana, la amiga de
Angy. Supongo que Javi achacaría mi llegada a la muerte de Angy así que jamás
intenté ponerme en contacto con él. Fueron malos meses pero lo peor estaba por
llegar porque aquí me encuentro, con un disparo en la pierna asestado por la
revivida mujer de mi vida. Una mujer que al parecer me odia y aborrece. No sé
si estoy soñando, pues cuando salimos a la luz del día veo como ella corre
hacia las puertas de una gran fábrica abandonada (que han estado usando como
mercado clandestino gracias a los favores a Jara) donde Javi la espera con los
brazos abiertos. Se funden en un beso tierno y muy alargado. ¡¡¡Demasiado!!!
Corro también detrás de ellos, pero un tío que no he visto venir con cara de
rata me asesta un golpe en el estomago y me tumba en el suelo.
-
Quieto colega. ¿Te has perdido?
-
Eh, Javi, Al final has conseguido tu carnaza ¿eh? -Río entre dientes, estoy
ansioso y la verdad, acojonado. - Qué poco me has respetado ¿no?
-
Venga ya tío, estabas desaparecido, y cuando supimos de ti, estabas con los
perros. - Javi se escusa con muy poca veracidad.
-
¡Porque me obligaron!¡Me iban a matar de lo contrario!
-
¿Por eso me disparaste en la cabeza, no?- Es Angy la que habla. La pobre está
temblando. El tono de sus palabras sube una octava. Está histérica.
-
No quería acertar, sólo que pareciera que quería.
-
Venga ya. - Las lágrimas recorren su tierna cara. Javi la abraza con más fuera.
-
¿Qué coño está pasando?- Alguien detrás de ellos habla, es un tío de unos cincuenta
años. Es acojonante.
-
Nos han encontrado y disparado. Hemos tenido por lo menos tres bajas, y este
nos ha seguido. - Habla el que me ha golpeado en el estomago.
-
¿Y lo conocéis?
-
Sí- Era nuestro amigo- Responde Javi.
-
Vaya muchacho, tienes suerte.
¿Suerte? ¿De qué? ¿De que me vayan a matar
mis antiguos mejores amigos? ¿De verlos juntos y enamorados?...
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