CRÉEME, ESTOY MINTIENDO: Capítulo 6: Javi… ¿pero qué…?, por Ángeles Sánchez – Abril 2013
"I confess I've lost control,
I let my guard down,
I let the truth out.
Oh I confess I've lost control,
I let my guard down,
I let the truth out."
I let the truth out.
Oh I confess I've lost control,
I let my guard down,
I let the truth out."
(Garbage)
Suena el despertador, hora de empezar otro
día gris de trabajo en el Gran Núcleo, otro día más. Me visto con mi
uniforme, aún recuerdo como los aborrecía Angy. Recuerdo que siempre decía: "No sé en qué pensaban los que lo
diseñaron, porque son realmente feos e incómodos". Mi pequeña
inconformista, Angy. La chica que odiaba todo lo que le rodeaba, todo lo que
estaba a su alrededor, ya fuese malo o bueno. Odiosa como ella sola, Angy. Y
ahora, ahora ya no está. Desaparecida durante meses ¿muerta? La última vez que
la vi fue saliendo de mi cama, y no me comporté muy bien con ella. El mismo día
que Mario apareció en el Gran Núcleo entre las filas de los
milicianos. Ya no está...
Salgo de mi habitación, "los
cuchitriles" de Angy. No hay algo en este lugar que no me recuerde a ella.
Me dirijo hacia el comedor. Como un par de naranjas y otra vez recuerdo su voz:
"Vaya mierda de Naranjas". No
consigo reprimir las lágrimas y tengo que salir corriendo de allí para que
nadie me vea. No me gusta que me vean llorar.
Cuando salgo a la calle me encuentro con
Ana, la amiga de Angy. Está con otro chico, no mucho mayor que nosotros. Quizá
unos 26. Están cogidos de la mano.
-
Javi, antes de que te vuelvas loco, debes comprender que no podíamos decirte la
verdad, no hasta ahora...- Ana duda al hablar, incluso se le traban algunas
palabras.
-
¿La verdad, sobre qué?- pregunto.
-
Angy...- ¿Es que nadie comprende que no necesito saber si está viva o muerta?
No quiero saberlo. Porque si está muerta...yo...yo...
-
No quiero saberlo...
-
Está aquí, Javi. En el Gran Núcleo, siempre ha estado aquí. Pero tenía que
estar oculta. Los perros la daban por...
-
¿Los perros?
-
Los milicianos la daban por muerta. La encontraron hace unos meses tendida en
el suelo con un montón de cigarros que había comprado en el mercado negro a su
alrededor y con un buen golpe en la cabeza.
-
¿Qué?- Me quedo estupefacto.
-
Lo has oído bien. Y ahora, Javi ¿Vienes con nosotros o...?
-
Voy - Le cortó- No necesito escuchar nada más, voy con vosotros.
-
Bien.
No tardo ni cinco minutos en recoger todas
mis cosas, guardarlas en una bolsa de deporte vieja y en bajar las escaleras
tan rápido que tropiezo en varias ocasiones. Cuando llego abajo Ana me presenta
al otro tipo, se llama Rafa y es uno de los altos cargos del lugar a donde voy.
Llegamos a una fábrica, donde hay muchas
personas, no me lo esperaba. Y al parecer hay más en otros lugares. Todos dados
por muertos o desaparecidos para el nuevo régimen. Me presentan a un montón de
gente. Kiko es el "líder", un tío realmente acojonante. Angy está en
alguna misión, supuestamente fácil y segura. No tardará mucho en llegar. Todos
acceden un poco más en la oscuridad de la fábrica y yo me quedo donde estoy. Ya
me estarán buscando y ahora comienza mi juego del escondite.
De pronto veo a Angy salir de
un túnel del metro, corriendo como loca junto a otro tío con cara
rara. Ella viene hacia mí, extiendo los brazos y una gran sonrisa se
forma en mi cara, está viva, está viva... ¡ESTA VIVA! El impacto de su cuerpo
con el mío es genial. La beso y le susurro en el oído que la quiero, ella me
devuelve el beso más apasionado que jamás me ha dado.
Es entonces cuando el tío con cara rara,
que se había quedado más rezagado intercepta a un miliciano que les estaba
siguiendo. Le suelta un buen mamporro en el estomago. ¡¡¡Au!!! Eso ha debido
doler. Cuando me fijo en la cara de dolor del otro tipo me doy cuenta de que es
Mario. Abro bien los ojos, no me lo puedo creer. El de la cara rara le pregunta
algo que no entiendo y él responde mirándome a mí con la voz muy alta
pero entre jadeos:
-
Eh, Javi, Al final has conseguido tu carnaza ¿eh? - ¡¡Será subnormal!! - Qué
poco me has respetado ¿no?
-
Venga ya tío, estabas desaparecido - digo esto de forma que no sé por qué suena
a disculpa. No, no quiero disculparme - Y cuando supimos de ti, estabas con los
perros. - Le espeto.
-
¡Porque me obligaron!¡Me iban a matar de lo contrario! - Parece que dice la
verdad, pero dudo. Sus ojos dicen que no miente. Conozco su mirada. Pero no
quiero, no quiero creerle...el intentó matar a Angy, la dio por muerta... Henry
Louis Mencken dijo "Todo hombre
normal se tiene que sentir tentado a veces, de escupir en sus propias manos,
levantar la bandera negra… y comenzar a cortar gargantas" y eso es lo
que quiero hacer.
-
¿Por eso me disparaste en la cabeza, no?
Cuando Angy hace esta pregunta,
instintivamente la acerco a mi cuerpo mientras aprieto los nudillos muy fuerte.
Podría matar a Mario, podría hacerlo y creo que me dejarían hacerlo. Pierdo la
concentración durante unos segundos y cuando vuelvo, es Kiko quien está
hablando.
-
Vaya muchacho, tienes suerte... no acostumbro a matar amigos de mis amigos.
-
No es mi amigo.- Hablo con voz queda, no sé si estoy seguro de lo que digo.
Angy me mira. Su cara es de confusión. No logro entender.
-
Creo que podremos interrogarle. Ratón, ayúdame a llevarlo abajo -
toma aire y nos mira a Angy y a mi- Ya veremos lo que hacemos después.
No puedo creerme que la tenga entre mis
brazos, no puedo creerlo. Estamos en la cama abrazándonos Ella
acaricia suavemente mi antebrazo. Me encanta, me relaja y... y no puedo
reprimir mi impulso de lanzarme encima de ella y besarle. Besarle como si fuera
la primera última vez que lo hago. Infinidad de recuerdos recorren mi mente a
una velocidad de vértigo...
Las noches de verbena... su mirada
lejana... el primer beso... como ella adoraba a Mario... como se hizo mía...
las llamadas a las siete de la mañana... El deseo que sólo ella me provoca...
ella hablando con Mario...
La
beso más intensamente, reclamando lo que ahora es mío, lo que nadie me va a
quitar...
La sensación de no poder hacer nada con
ella... de saber que jamás sería mía...creer que me odiaba... su piel rozando
la mía...
Le arranco la camiseta y me quito la
mía...
Creer que había muerto...
su vestido nuevo azul con la espalda descubierta...su forma de
bailar... Mario llorando por ella...
La abrazo fuerte, no
puedo perderle...
Todas
las noches que vino a mí... Su olor, su risa, su respiración entrecortada, su
pelo,
Dejo de pensar y me dejo ir.
Cuando me despierto ella me mira absorta.
Parece feliz.
-
¿Hoy también te irás?
-No,
hoy creo que dormiré contigo... ¿sabes qué?- Duda...- Creo que estoy
enamorada...
MARIO. HARÉ LO QUE ME DIGAS..
Ya he contado esta historia infinidad de
veces.
-A
ver chico ¿Dices que no tienes ni quieres tener nada que ver con los perros?
-Sí.
-¿Pero
eras uno de ellos?
-Sí.
-¿Por
qué?
-Porque
me obligaron.
-¿Por
eso intentaste matar a Angy, dos veces?
-Jamás
intenté matarla. La primera vez no fui yo, sólo estaba allí y cuando creía que
la habían matado no tuve más opción que huir. La segunda vez apunté mal a propósito.
¿Por qué es Angy tan importante?
-Las
preguntas las hago yo. ¿Cómo les descubristéis esta mañana?
-Alguien
de guardia escuchó ruidos en la sección de enfermería. Nos limitamos a
seguirles y a acorralarles cuando nos fue posible.
-¿Quién
más sabe que hemos sido nosotros?
-Nadie
que esté vivo.
-¿Has
visto a Jara alguna vez en persona?
-No
¿Qué más dará eso?
-Da
y mucho.
-¿Dónde
guardan las armas?
-
En el pabellón A.
-
¿Sabrías llegar hasta ellas?
-
Sí.
-
Quieres hacernos un favor y demostrar que estás con nosotros?
-
Sí.
-
Consígueme armas, tantas como puedas, y trae insulina. Tienes veinticuatro
horas a partir de ya.
Ojalá Angy pueda perdonarme. Ojalá algún
día pueda entenderme. Ojalá esto sirva de algo.
ANGY..MIL VECES MIERDA.
-
No, hoy creo que dormiré contigo... ¿sabes qué?- Duda...- Creo que estoy
enamorada...
Llaman a la puerta. Me visto rápidamente
mientras Javi busca sus tejanos. Cuando por fin logra ponérselos abro y es Kiko
el que espera.
-He
enviado al chico a por la insulina que tú no pudiste traerme y a por armas. Le
he dado un plazo de veinticuatro horas. Si vuelve demostrará que vale la pena
que se quede. Si no, estará muerto y me dará igual.
-¿Pero
y si les cuenta a los perros todo lo que ha visto aquí?- Es Javi el que
pregunta. Yo estoy abochornada. ¿Cómo que si muere le dará igual?
-
Si le pillan no le dejarán vivir. Él sabe que existimos y Jara no permitiría
que nadie pudiera poner en duda su ley.
-Pero...
- no sé bien que decir- eso, eso es cruel...-elevo mi tono de voz al
ultrasonido.
-El
quiso matarte Angy- Javi parece descolocado. Discutiremos por esto, lo sé.
-De
hecho el asegura que no fue así, dice que la quiere y que solo intentaba
salvarla...
-¿Pareciendo
que intentaba matarme? ¿Por qué?
-Ya
te lo he dicho, te quiere...
¿Que
Mario me quiere? Estoy sintiendo un ictus cerebral. O algo. No sé. ¿En serio?
¿Y por qué me siento así? Yo, yo estaba declarándome a Javi...y
ahora...¡¡¡MIERDA!!!
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